La verdadera historia de Cato y Clove - Capítulo 21




Capítulo 21


Narra Cato:

Vuelvo al lugar donde hemos acampado, miro a todos lados y no encuentro a ningún lado a Clove.  Glimmer al verme intenta acercarse a mí, pero la aparto y me siento en un tronco a pensar.

Sé lo que ha querido decir. Si supiera lo que estoy haciendo, si supiera que la quiero, que no estoy jugando con ella… Todo esto sería muy distinto.

Clove sigue sin aparecer y me estoy empezando a preocupar, pero tengo que guardar una imagen. Al cabo de unos minutos la veo aparecer entre los árboles. Suspiro de alivio al ver que está bien. Su mirada viaja a la mía y me derrumbo internamente en ese momento. Ha estado llorando. Era lo que menos quería.

Clove me mira pero aparta la mirada rápidamente y se tumba junto a Marvel para dormir, aprieto los puños al verla con él.

¿No hay otro sitio para dormir que junto a él? Grito internamente.

Narra Clove:

Pasa mucho tiempo, no sé cuánto, pero me levanto dispuesta a volver al campamento improvisado. He secado como puedo mis lágrimas para que no se den cuenta de que he estado llorando.

Al llegar mi mirada se cruza con la de Cato, que cuando me mira, veo como su mirada se entristece. Se ha dado cuenta, pero aparto la mirada rápidamente de él y me dirijo hasta Marvel para dormir en mi saco de dormir. No lo hago con mala intención pero estoy muerta de frío y es el que está más cerca de la hoguera.

Me quedo tumbada dándole la espalda a Marvel con vista al resto del claro y al árbol donde se encuentra Katniss. Siento unos brazos que me rodean y me estrechan contra él.

              -          Buenas noches preciosa – me dice.
              -          Buenas noches Marvel – le contesto.

Al cabo de un rato veo como Cato se acerca hasta Glimmer y se tumba junto a ella. Glimmer lo agarra por la cintura y usa su brazo como almohada. Hoy le toca la guardia a Peeta. Cierro los ojos para no seguir viendo la imagen que se presenta ante mí, ya que se están besando, y cierro los ojos para intentar dormir un poco.

Me despiertan un ruido y unos zumbidos a mí alrededor. Abro los ojos y me encuentro una colmena de abejas en el suelo destrozada y a las abejas revoloteando sobre nosotros furiosas.

             -          ¡Ahhhh! – oímos el grito de Glimmer quien está rodeada de las abejas – Ayudarme por favor – suplica mientras intenta espantarlas.

De repente siento pinchazos en mi piel, las abejas me están picando e intento apartarlas de mí pero no hay manera.

              -          ¡Clove, corre! – oigo que alguien me grita.

No sé porque no hago caso de lo que esa voz me dice, ya que es lo más sensato, pero me quedo quieta allí. Hasta que una mano agarra de la mía y tira de mí para empezar a correr.
Me giro un poco para ver quién es y veo que es Cato, es quien me ha sacado de allí.

Llegamos al río y saltamos como locos, ya que a las abejas no las gusta el agua. Al llegar allí, conseguimos despistarlas pero comienzo a ver unas alucinaciones. Son mutos, ahora lo entiendo, no eran abejas normales, estaban modificadas biológicamente.

              -          Clove – me llama Cato - ¿estás bien? – me pregunta mientras se acerca a mí.

Le miro y en ese momento me mareo y caigo al suelo.


Abro los ojos, el sol está en su cenit, por lo que deduzco que llevo bastante tiempo inconsciente. Estoy sobre la hierba cerca del río, por lo que supongo que me han sacado del agua. Me levanto con cuidado y observo a mí alrededor, está Marvel tumbado y parece inconsciente. Deben de ser las picaduras.

Oigo de repente un ruido y un forcejeo con las espadas.

Cato.

Salgo corriendo volviendo al lugar donde habíamos pasado la noche y veo a Cato y a Peeta peleando.

            -          Lo sabía, sabía que no eras de fiar – dice Cato mientras arremete una estocada – Has estado con ella desde el principio y ha escapado porque tú la has ayudado, así que date por muerto – sigue diciendo.

Peeta intenta parar cada golpe que recibe de Cato, pero en un descuido Cato consigue hacerle un corte profundo en la pierna.

No puedo quedarme quieta así que intervengo.

                -          Cato – le llamo y él para, me mira y se sorprende.
                -          Clove – me dice aliviado al saber que estoy bien.
            -          Ya basta, déjale en paz – le digo mientras me acerco a él – no malgastes tus fuerzas con él.
                -          Pero… - intenta decirme.
               -          No va a sobrevivir mucho tiempo con ese corte el pierna – le digo – tenemos que volver a la cornucopia y pensar en un plan para acabar con el resto, él ya está acabado – le digo mientras le señalo.

Cato me mira y luego mira a Peeta, se lo piensa durante un rato y al final se aleja de él, dejándolo marchar. Yo también me giro para marcharme pero antes vuelvo a mirarle y le dedico una leve sonrisa que Peeta me la devuelve.

Volvemos en silencio hasta el lugar donde esta Marvel. Ahora no sé muy bien qué es lo que va a pasar, somos uno menos, ya que Glimmer había muerto por culpa de las abejas. Ha quedado toda desfigurada. En parte se lo merecía, pero no se merecía esa muerte tan ruin.
Cato se pasea nervioso de un lado a otro. ¿Qué le pasará ahora? Me desespera que haga eso.

                  -          ¿Tú lo sabías verdad? – pregunta Cato mientras se acerca a mí furioso.
              -          ¿Saber el qué? – le pregunto sin entender nada mientras me levanto del sitio donde estaba sentada.
                  -          Del plan de Peeta – dice serio.
                  -          No sé a lo que te refieres – le contesto haciéndome la loca.
              -          Sabías que nos estaba engañando, que lo quería era alejarnos de ella lo más posible, que quería salvarla – me dice mientras me agarra el brazo con fuerza.
              -          Sí, lo sabía ¿y qué? – le contesto mientras me suelto de su agarre ya que me estaba haciendo daño.
                -          No puedo creérmelo – me dice mientras se lleva las manos a la cabeza – tenías que habérmelo dicho.
                  -          No tenía por qué – le responde.
                 -          ¡¿Qué no?! – me grita – me has traicionado – me dice furioso mientras me agarra con más fuerza que antes.
                  -          ¡Suéltame! – digo yo esta vez gritando – me haces daño.

Pero sigue sin soltarme y solo me mira furioso, mucho, tanto que incluso estoy temiendo por mi vida. Este no es el Cato que yo conozco.

                 -          Eres una zorra – me dice – ¿te lo has tirado a ese también como a Marvel? – me pregunta irónico - ¿para qué? ¿Para qué te defiendan así poder ganar tú?
               -          ¿Qué? – le digo incrédula por sus palabras - ¿qué me has llamado? – le pregunto.
-          Una zorra, eso es lo que eres. Tenía que haberme dado cuenta de tu plan desde el principio, pero conmigo no.

Le miro dolida por sus palabras, no me esperaba que me dijera todas esas cosas. Una lágrima rebelde comienza a surcar mi cara y me la quito rápidamente, no quiero que nadie me vea llorar, no quiero que me vean débil, no quiero que vea que me han dolido sus palabras.

                  -          Muy bien Cato – le digo yo furiosa – fantástico.

Voy hasta mi mochila y la cojo, con el saco de dormir y un poco de comida que nos había sobrado.

                -          ¿A dónde vas? – me pregunta mientras se acerca a mí y me agarra del brazo para pararme.
                 -          Me voy – le contesto seria – me voy, se acabo la alianza Cato. Tú por tu lado que yo voy por el mío.
                  -          ¿Qué? – pregunta incrédulo – Nooo – me dice.
                 -          Soy una zorra que me voy tirando a todos los tíos que me encuentro para que me cubran las espaldas y me salven, así que me alejo de ti para que no caigas en mi trampa – le digo irónicamente.
                  -          Clove – dice mientras se acerca más a mí.
                  -          No, se acabo – le respondo mientras me aparto de él.

Nos miramos durante unos segundos sin saber que decirnos. Puede que sea la última vez que vea a Cato, pero no puedo más.

              -          No me sigas – le digo – se acabo. La próxima vez que te vea, te juro que te mataré, lo juro – le digo seria.

Cato se queda estático mientras me voy. Cuando salgo de su visión y comienzo a llorar desconsoladamente.

A partir de ahora, estoy yo sola.

Aún así,  le amo. ¿Qué voy a hacer?

Narra Cato:

¿Qué acabo de hacer? ¡Soy idiota, soy idiota! Me insulto mentalmente. Acabo de perderla para siempre.






Hola amores!!!

Aquí está un nuevo capítulo, antes de tiempo sí, pero me sentía inspirada y con un poco de tiempo como para subir otro. Espero que os haya gustado y que dejéis vuestros comentarios con lo que os ha parecido y con lo que creéis que va a pasar.

Gracias por leer y comentar.

Besos, María.

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