Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2018

La verdadera historia de Cato y Clove - Capítulo 27

Imagen
Capítulo 27 Y abro los ojos. La luz del sol me ciega pero tras un rato adaptándome consigo ver con claridad. En el suelo, a mis pies, se encuentra el tributo del 11 muerto atravesado por una lanza. No entiendo absolutamente nada salvo que estoy viva, que aún estoy viva. Busco a la persona que lo ha matado y veo como Cato corre hasta llegar a mí. Me ha escuchado, lo ha hecho y ha venido al rescate. Me ha salvado, lo ha hecho. Cato llega hasta a mí, me coge la cara entre sus manos y me mira, me mira de arriba a abajo buscando algún síntoma de herida. Sus ojos azules se muestran llenos de preocupación y miedo.         -           ¿Estás bien? – me pregunta mientras me sigue examinando - ¿tienes alguna herida? – sigue preguntando – Pensé que no llegaba a tiempo – dice más aliviado.       -           Estoy bien Cato – le respondo para tranquilizarlo – Ahora vámonos, no estamos seguros aquí – le digo mientras le cojo de la mano y le arrastro conmigo. Ninguno de

La verdadera historia de Cato y Clove - Capítulo 26

Imagen
Capítulo 26 Toda la vida me he estado preparando para venir a estos juegos, toda una vida entrenando para poder ganar, para poder sobrevivir. Pero ahora… ahora todo eso ya no importa, nada importa cuando el momento de tu muerte ha llegado. Nada de lo que has podido hacer va a importar porque en unos segundos ya no existiré, ya no estaré aquí. ¿Por qué no aceptar la muerte? Porque aun siento que me quedan muchas cosas por vivir, siento que me falta por decir a la gente que realmente me importa que los quiero. Mis padres, mi hermano, Laila… sé que aunque muera hoy van a estar bien, les costará superar mi muerte pero a la larga se repondrá, solo espero que mi hermano no se presente nunca, que no lo haga y tenga así una vida larga y feliz. Eso es lo que quiero, pero desgraciadamente no va a estar para verlo, porque aquí acaba mi viaje, estoy segura de ello, al 100% y la verdad, sinceramente, no me importa. No me importa porque he luchada hasta el final, no he podido cumplir

La verdadera historia de Cato y Clove - Capítulo 25

Imagen
Capítulo 25 Narra Cato Dejo que Clove vaya tras Katniss a pesar de que no estoy de acuerdo, prefiero que se quede aquí a salvo y me dejará a mí todo esto. Quiero volver a casa y sé que yo puedo con todo esto. La veo a lo lejos correr y me pongo en marcha también. Corro por todo el perímetro en busca del tributo del distrito 11 cuando de repente alguien me empuja cayendo al suelo. Me incorporo rápidamente y me encuentro con el chico del distrito 7, un chico bastante corpulento que sabe manejarse bien cuerpo a cuerpo, aunque yo estoy mucho más preparado que él. Luchamos cuerpo a cuerpo, asesto un golpe tras otro, esquivando sus golpes pero de repente trastabillo con una rama y caigo al suelo dando la oportunidad al del 7 para colocarse encima de mí y golpearme la cara. Intento zafarme hasta que me paralizo, me paralizo al escuchar unos gritos, mi corazón se paraliza solo de escuchar esa voz, porque no importa lo lejos que este, siempre reconozco esa voz.  

La verdadera historia de Cato y Clove - Capítulo 24

Imagen
Capítulo 24 La poca luz que entra por la cueva hace que abra los ojos. Está comenzando a amanecer. Mis pensamientos viajan a lo ocurrido ayer y me tenso, me tenso, me angustio y me pongo nerviosa. Recojo con rapidez las cosas de la cueva y las meto en la mochila. Doy un último vistazo y salgo de allí rumbo a la cornucopia. Espero que no sea tan ingenuo como para pensar que me iba a quedar aquí sola mientras él iba al banquete sin saber si quiera si va a salir con vida. Si ha pensado en que me quedaría es que no me conoce realmente. No pienso abandonarle, no quiero ni tampoco soy capaz de hacerlo. Puede que para él yo ya no sea nada, pero para mí sí. Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que lo prometido se cumpla, se cumpla y él se salve. En mi mente solo existe estas palabras: “Tiene que salvarse. Sin él no puedo vivir. Voy a salvarle”. Al llegar a la cornucopia me detengo en la linde del bosque, ocultándome de los demás gracias a los arbustos. Miro en todas