La verdadera historia de Cato y Clove - Capítulo 10

Capítulo 10

Los carros echan a andar y nos adentramos a la calle principal del capitolio. Los habitantes corean nuestros nombres en el momento que salimos. La verdad es que la gente lo ve como un juego no como el resto de los distritos que lo ve como un matadero, aunque luego está la excepción del distrito 1 y 2, que lo ven como un honor para la familia y para el distrito.

Llegamos ante el presidente Snow y volvemos al edificio de entrenamiento. Cuando nos bajamos Glimmer aparece de la nada y se engancha al brazo de Cato. Entorno los ojos y me alejo de ellos lo más rápido que puedo, no quiero ver lo que sé que va a pasar, sé que empezaran a coquetear y no puedo verlo, no lo soportaría.

Intento llegar al ascensor pero alguien se interpone en mi camino. Alzo la cabeza y me encuentro con un chico alto y moreno. El chico del distrito 1.

             -          Hola – me dice el chico.

             -          Hola – le contesto educadamente, ya que no me apetecía nada hablar con alguien y menos con él.

             -          Soy Marvel ¿y tú? – me dice sonriendo.

             -          Clove – le contesto intentado terminar la conversación.

             -          Vas muy guapa – me dice intentado coquetearme.

             -          Gracias – le contesto sonrojándome.

En ese momento aparece de la nada Cato y me fijo en su expresión. Esto no pinta nada bueno.

             -          Hola, soy Marvel, distrito uno – le dice a Cato con una sonrisa.

             -          Cato, distrito dos – le contesta este borde.

             -          Vaya, entonces eres el compañero de Clove – dice mirándome.

             -          Así es – le contesto con una sonrisa.

             -          Nos tenemos que ir – dice Cato cogiéndome la mano y arrastrándome con él sin poder despedirme.

Me lleva de la mano hasta el ascensor, entramos y pulsa el botón del segundo piso, el nuestro. Hay doce plantas, una para cada distrito.

Me fijo en que aún no me ha soltado y de que está furioso o cabreado con algo y no sé porque.

             -          ¿Se puede saber que mosca te ha picado? – le pregunto mientras le suelto bruscamente de la mano.

             -          Nada – me contesta seco.

             -          ¿Nada? ¿A eso le llamas tú nada? – le recrimino – no me has dejado ni despedirme de Marvel, ha sido simpático conmigo y encima le hablas así de mal ¿qué demonios se te ha pasado por la cabeza?

             -          Ese tío no te conviene, estaba coqueteando contigo y cuando menos te lo esperes te clavará un cuchillo en la arena – me dice tensando la mandíbula, intentando no decir lo que sé que se le está pasando por la cabeza.

             -          ¿Y?  Si coquetea o liga conmigo eso no es asunto tuyo – le contesto empezando ya a enfadarme.

             -          Claro que es mi asunto, todo lo que a ti te pase me incumbe.

             -          Es del distrito uno y va a ser nuestro aliado así que tendrás que aguantarte porque voy a seguir hablando con él.

             -          Será nuestro aliado pero te prohíbo que pases tiempo con él y menos a solas – me dice Cato ya saliendo un poco de sus casillas.

             -          ¿Pero tú de que vas? – le grito ya cabreada – tú no eres nadie para decirme con quien estar y con quien no estar.

             -          Sí que lo soy – me contesta  gritando también.

             -          Ya no, desde el mismo instante en que me utilizaste y mentiste has dejado de tener ese poder sobre mí – le digo.

Salimos del ascensor tras llegar a nuestra planta y nos adentramos en él. Nos quedamos en silencio en ese momento y le miro. Le miro y me doy cuenta de que la frialdad de sus ojos ha desaparecido y en cambio puedo ver dolor en ellos, dolor por las palabras que he dicho. Pero en cuanto se da cuenta de que le estoy observando, sus ojos vuelven a ser fríos y distantes. Y lo entiendo todo.

             -          Ya lo entiendo todo – digo a la nada.

             -          ¿Qué entiendes? – me pregunta Cato sorprendido por las palabras que he dicho.

             -          A ti lo que te pasa es que estas celoso – le digo mientras con mi dedo le doy un toquecito en el pecho.

             -          ¿Te has dado un golpe en la cabeza o qué? – me dice mientras empieza a reiré.

             -          Si tú – le contesto.

             -          ¿Yo celoso de  Marvel? No me llega ni a la suela de los zapatos – me dice.

             -          De su físico no idiota. Estas celoso porque se ha puesto a coquetear conmigo y yo le he seguido el juego.

             -          Yo… - intenta decir ya que se ha quedado sin palabras.

             -          Lo que yo decía estás celoso. ¿Pero sabes qué? Voy a hacer lo que quiera.

             -          No, no te voy a dejar – me dice enfadado mientras me agarra de la cintura.

             -          Yo no puedo pero tu si con Glimmer ¿no? – le recrimino.

             -          Ahora la que esta celosa eres tu Clove – me dice riéndose.

             -          No estoy celosa – intento justificarme.

             -          Harás lo que yo te diga, ¿está claro? – me dice serio.

             -          Yo no soy tuya, tú me dejaste así que te atienes a las consecuencias – le digo ya a punto de llorar porque la situación me supera – y no estoy celosa, estoy dolida porque me doy cuenta de que para ti solo he sido una más, una más de tu lista.

Y en ese momento mis lágrimas empiezan a surcar mi cara. El me mira, me mira a los ojos y ya no veo frío. Me coge la cara entre sus manos y me limpia las lágrimas. Poco a poco se va acercando a mí. Acorta la distancia y me besa. Me besa como si la vida dependiera de ello y no tengo fuerza de voluntad para separarme de él. El beso se profundiza pero oímos como el ascensor se paraba en nuestro piso y nos separamos corriendo.

Saliendo del ascensor aparecen Brutus, Enobaria y Annia, todo ellos con sendas sonrisas en sus caras.

             -          Habéis sido espectaculares, chicos – nos dice Annia mientras nos da un pequeño abrazo a cada uno.

             -          Así se hace – nos dice esta vez Brutus.

             -          Hablaremos del desfile y de lo que pasará estos días en la cena, ahora iros a quitaros esos trajes y a poneros cómodos – dice Enobaria.

Los dos asentimos y nos dirigimos a nuestros dormitorios que previamente Annia nos había indicado donde estaban. Para suerte o desgracia estaban uno enfrente del otro. Estoy abriendo la puerta de mi habitación…

             -          ¿Clove? – oigo a Cato llamarme y me giro.

             -          ¿Sí? – le contesto sorprendida.

             -          Tú no eres ni serás una de mi lista – me dice mirándome a los ojos y con las mismas entra a su cuarto y cierra la puerta.

Me quedo en shock unos minutos intentando asimilar sus palabras y después entro en mi habitación. Me quito la ropa y entro a la ducha para quitar todo el maquillaje que me han puesto encima.

Intento no pensar en ello así que me cambio y voy al comedor para la cena. Me siento en una de las sillas vacías. Al cabo de un rato aparece Cato con el pelo aún húmedo de haber salido de la ducha. Me giro a mirarle y veo que aparta la mirada. Aun así yo no lo hago y me deleito con las vistas, ya que como viene vestido y después de salir de la ducha está muy sexy.

Cenamos mientras Brutus y Enobaria nos dicen estrategias que debemos usar en los entrenamientos, estrategias que ya hemos oído mil veces en la academia. Después vemos el resumen del desfile, viendo nuestros posibles aliados, quienes se ven más fuertes y quienes más fáciles de matar. Aunque todo eso se verá mañana durante el entrenamiento.

Al acabar nos vamos cada uno a nuestra habitación. En toda la noche Cato y yo no hemos hablado, le he pillado de vez en cuando mirándome pero sigue igual que durante el día, cómo si el beso y lo que me dijo después nunca hubiera pasado. Entro en mi habitación, me pongo el pijama y me meto en la cama.

¿Por qué me habrá besado? ¿Por qué me dijo que yo no soy una de su lista ni lo seré jamás? ¿Ni lo que hemos tenido lo considera tener algo cómo para tenerme en su lista? No he significado nada para él, para Cato, mi Cato, porque sí, lo admito, estoy enamorada de él.

Y con esos pensamientos en mi cabeza y con mis lágrimas cayendo sin ton ni son, me duermo.

Narra Cato:

Después del beso y de lo que le dice no he vuelto a hablar con Clove, no he sido capaz de decirla nada. Soy débil, ella me hace débil. No puedo cometer estos errores. Tengo que dejarla. Pero Marvel no me gusta nada, no quiero que se le acerque, aunque no puedo hacer nada al respecto, solo vigilar desde lejos. Y eso haré. Clove es mía y de nadie más. Es mi Clove.

Hola amores!!!

Espero que os haya gustado el nuevo capítulo. 

Tengo que deciros que la semana que viene no voy a poder subir capítulo nuevo porque me voy una semana de campamento y no voy a poder escribir. Cuando vuelva me pondré a escribir y en cuanto tenga el capítulo lo subiré, lo prometo.

Muchas gracias por leer y por comentar, pero por favor, comentar.

Besos, María.