La verdadera historia de Cato y Clove - Capítulo 19
Capítulo 19
En cuanto suena el gong
corro lo más rápido que puedo. Llego de las primeras a la cornucopia y allí me
agencio de un kit de cuchillos. En cuanto los tengo no dudo en usarlos. Lanzo
uno de mis cuchillos e impacta en el chico del districto 10. No me detengo y
sigo lanzando mis cuchillos, llegando a matar a otras dos personas.
Un poco más alejada de dónde
me encuentro veo a la chica del distrito 12 y no dudo ni un momento y lanzo mi
cuchillo, que ella interceda con la mochila que acaba de coger. Sale corriendo y
mi intención es hacerlo salvo por unas manos que me agarran.
Me giro enfadada por no
dejarme seguir. La persona que me tiene agarrada hace que me gire y le mire.
Mis ojos se topan con los de Marvel. Frunzo el ceño y él me devuelve una
sonrisa ladeada.
-
Ahora no Clove, ya
tendremos tiempo de matarla, tenemos que organizarnos y ver que hacemos a
continuación – me dice.
-
Está bien – le
contesto sin ganas.
Porque a pesar de estar
enfadada por su intromisión, Marvel tiene razón, ya tendremos tiempo, además de
que no creo que sobreviva mucho sola y sin comida.
Marvel y yo volvemos a la
cornucopia sin emitir ninguna palabra, cada uno metido en sus propios
pensamientos. Mientras más nos vamos acercando mi mente se centra en Cato, en
saber si está bien o herido, porque estoy segura al 100% de que ha sobrevivido.
Y no estoy equivocada.
Al llegar a la entrada Cato
sale de ella y nos mira, bueno me mira a mí para ser exactos. Su cara no
expresa absolutamente nada pero su mirada lo delata. Su mirada se alivia al ver
que estoy sana y salva y por ese motivo, intensifico la mirada, para hacerle
saber que estaba bien. Que estoy bien.
Cato, Marvel y Glimmer,
junto a mí, formamos la alianza de los profesionales, al menos por ahora, ya
que según pasan los días y los acontecimientos estas alianzas suelen perderse.
Ellos tres entran en la cornucopia para ver que provisiones y armas tenemos. En
cambio yo me quedo fuera y me siento en la entrada. No es que quiera hacer
guardia, simplemente quiero pensar.
Por una parte me siento
aliviada por haber salido ilesa al baño de sangre y que Cato también. Pero por
otra parte… He matado a unos niños que no tienen la culpa de estar aquí, que no
querían estarlo. Y creo que voy a llevar en mi conciencia su muerte toda la
vida, sea larga o corta esta.
Cato asume el mando, los
demás parecen verle como él más fuerte de todos, que lo es, aunque Marvel no
está muy contento con la situación. Pero la verdad es que yo no me he
pronunciado, no he dado mi opinión, simplemente sabia que esto iba a suceder así.
Y yo confía en Cato, confiaba en él y sabía que iba a tomar buenas decisiones.
La primera decisión que toma
es que nos vamos a ir de caza. Sí, de caza, en busca del resto de tributos para
matarlos. No me hace mucha gracia pero es matar o morir y quiero sobrevivir,
por ahora sí.
Así que sigo al resto, ya
que a lo lejos observamos humo. ¿Quién en su sano juicio hace fuego en medio
del bosque sabiendo que estamos al acecho? ¿Quién? Pues una idiota del distrito
9. Se ve que tenía frío y no quería morir de frío. Aunque yo lo habría
preferido y no de la manera en la que muerto a manos de Cato.
Al final estamos tan
cansados que decidimos acampar en una zona del bosque que nos ocultaba un poco.
Cada uno hecha en el suelo su saco de dormir. Mientras cenamos unas galletas y
carne vemos aparecer el símbolo del Capitolio. A la vez que suena el himno van
apareciendo las fotos con los nombres y números de las personas que han muerto
durante el día. Y así serán todos ellos, para recordarnos lo que hemos hecho y
quienes quedan vivos dentro de la arena.
No pude contar cuantas
personas murieron en el baño de sangre a causa del alboroto, ya que cada vez
que muere uno de nosotros suena un gong por toda la arena. En total habían
muerto 14 personas, por lo que quedamos 10. Nosotros cuatro, los dos del 12 y
del 11, la chica del 7 y el chico del 9.
Me toca la primera guardia
así que me siento en uno de los árboles mientras juego con mis cuchillos sobre
una lagartija. Veo como cada uno se va metiendo en sus sacos y algo de lo que
está pasando me sorprende.
Glimmer se ha metido en el
saco de Cato y este, este no ha dicho absolutamente nada, no dice nada y deja
que ella duerma con él, que le abrace y sienta su calor.
A parto la mirada, dolida.
Sí, mucho. No puedo verles, no puedo. Menos después de lo que había pasado
anoche, aunque ahora me parecía que había pasado siglos, siglos desde ese
momento en el que le sentí mío.
Tiro con más fuerzas mis
cuchillos mientras mi corazón se rompe en mil pedazos, en pequeños trocitos,
todos ellos causados por la misma persona.
Las horas pasan hasta que
llega el momento en el que toca el cambio de turno, que para mi desgracia hace
que me tenga que acercar a la parejita. Me agacho y le zarandeo un poco.
-
Mmmm – dice.
-
Es tu turno Cato – le
digo seca.
Veo como poco a poco se va
despejando y se sale del saco de dormir que comparte con Glimmer.
Como no me apetece estar
cerca de él me voy dispuesta hasta mi saco para dormir, pero la suerte no está
de mi parte.
-
Espera Clove – me dice
Cato mientras se acerca a mí.
No le contesto simplemente
me paro y siento una de sus manos en la mía haciendo que me gire y tenga que
mirarle a los ojos.
-
¿Qué quieres? – le pregunto
borde.
-
¿Estás bien? – me pregunta
mientras noto como su mirada me analiza preocupado.
-
Sí estoy bien – le contesto
segura.
Alza una ceja y sé que no me
ha creído aunque no me pregunta más sobre el tema, sino que se queda callado
mientras comienza a hacerme círculos en la mano, como si estuviera tranquilizándome
o simplemente quiera sentirme cerca de él.
Pero yo no puedo. No puedo,
no después de lo que he visto.
Me separo de su agarra y me
meto, sin decirle una sola palabra, en mi saco de dormir.
Al cabo de un rato siento
unas pisadas cerca de mí, sé que es Cato, no ha parado de moverse desde que
está de guardia.
Siento como se agacha y
siento su mano que acaricia mi mejilla.
-
Sólo tienes que
acordarte Clove – susurra más para sí mismo aunque puedo escucharlo – sólo recuerda,
recuerda lo que te dije – vuelve a decir mientras me deja un beso en mi
mejilla.
No me da tiempo a pensar en
sus palabras, en lo que quieren decir, porque Morfeo llega y me lleva al mundo
de los sueños.
Narra Cato
-
Sólo tienes que acordarte Clove – susurro más
para mi mismo – sólo recuerda, recuerda lo que te dije – vuelvo a decirle
mientras dejo un beso en su mejilla.
Recuerda que te quiero, pase
lo que pase.
Hola amores!!
Lo prometido es deuda y aquí tenéis un nuevo capítulo!! Ya voy al día. Espero poder subir más de seguido y no sólo un capítulo al mes.
Espero que os haya gustado y que dejéis vuestros comentarios de lo que os ha parecido y creéis que va a pasar.
Gracias por leer y comentar.
Besos, María.
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