La verdadera historia de Cato y Clove - Capítulo 13



Capítulo 13







Me despierto sobresaltada, gritando y temblando. Miro a la habitación y me doy cuenta de que todo ha sido un sueño, aunque más bien ha sido una pesadilla, una en la cual veía a Cato morir. 
Como ya no puedo dormir me levanto y me ducho. Cuando estoy lista con la ropa de entrenamiento me dirijo al comedor para desayunar, aunque con el mal cuerpo que tengo no sé si entrará algo. 
Cuando llego me encuentro con que Cato está ya desayunando, raro en él, porque siempre se levanta el último. Su mirada me recorre de arriba a abajo mientras me siento en la silla y es entonces cuando recuerdo todo lo que pasó anoche en la azotea. Ese beso que le di, esos te quieros que nos dimos... 
En este momento ya no sé qué pensar, ya no se que sentir ni que siente él. Unas veces me dice que me quiere y otras en cambio me dice que no, que me aleje de él. Pero la verdad es que no puedo alejarme de él, por más que lo intento no puedo. Y ahora que le tengo enfrente, mirándome a los ojos, esos ojos azules... Mi mundo se para y solo existe él. 
-          Clove... – me llama Cato sacándome de mis pensamientos. 
No consigo contestarle pero aún así le miro a los ojos. 
-          Clove lo de ayer... – intenta volver a empezar. 
-          Lo sé, no tenía que pasar porque no me quieres. Me lo dejaste bastante claro cuando llegamos aquí – le corto bastante seca.
-          Me alegro de que lo tengas claro – me dice firme y seguro aunque sus ojos tengan un deje de tristeza.
El resto del equipo llega al comedor y desayunamos silenciosamente. Hoy es el día de las calificaciones. Consiste en que cada uno muestre sus habilidades a los vigilantes y estos últimos darán una puntuación, calificando así los conocimientos y habilidades que demuestren. De esta manera los habitantes del Capitolio podrán realizar sus apuestas, ser nuestros patrocinadores. Tener una buena puntuación significa tener buenos patrocinadores, por lo que el entrenamiento de hoy es muy importante y no puedo distraerme con nada, ni siquiera pensar en Cato, porque si empiezo a hacerlo no podré parar de pensar en él. 

Acabo de desayunar y me dirijo al ascensor para bajar a la sala de entrenamiento. A mi lado se encuentra Cato pero hago como si no estuviera, ya que necesito estar concentrada en la prueba. Al llegar a la sala observo que la decoración ha cambiado. En vez de entrar directamente a la sala, nos encontramos con una sala de espera. Allí se encuentran la mayoría de los tributos listos para dar lo mejor de sí en la prueba. En este caso comienzan a pasar los hombres  y después las mujeres, empezando desde el distrito 1 hasta llegar al 12.
Mientras esperamos a que nos llamen me siento en uno de los bancos. Al poco rato noto que alguien se sienta a mi lado. Por favor que no sea Cato, por favor. Me giro y descubro ante mi a Marvel, que me mira sonriente.
-          Hola, ¿estás nerviosa? – me pregunta sonriendo aún.
-          Hola, la verdad es que un poco, pero bueno sé que voy a hacerlo genial – le digo para tranquilizarle.
-          Esa es mi chica – me dice mientras me coloca mi pelo tras mi oreja.
Ese gesto me desconcierta un poco, tanto que me sonrojo y le dedico una sonrisa cálida.
La verdad es que no sé porque he reaccionado así, pero he tenido una sensación extraña. Y bueno todo hay que decir que Marvel es guapo, pero no sé. Miro a mi alrededor y me encuentro con la mirada profunda de Cato. Si luego esta él y todo lo que me provoca en mi interior, como me hace sentir solamente con una simple mirada. Pero luego la veo a ella, revoloteando constantemente sobre él, y todo lo que me hace sentir se esfuma.
Pasan los minutos y Marvel y Glimmer ya se han ido. Es entonces cuando le veo acercarse y se sienta junto a mí.
-          ¿Ya sabes lo que vas a hacer? – me pregunta Cato con interés.
-          Si te soy sincera no sé muy bien lo que voy a hacer – le digo poniéndome cada vez más y más nerviosa, porque cada vez se está acercando más y más a mí.
-          Deberías saberlo ya – me dice – ¿Qué tienes en esa cabecita? – me pregunta.
-          ¿En mi cabeza? Nada – le respondo  cada vez más nerviosa.
-          Seguro – me contesta convencido de que lo que le he dicho es mentira.
-          Clove Kentwell – suena una voz por el altavoz y sé que es mi turno.
Me dispongo a levantarme cuando noto que una mano me agarra.
-          Buena suerte Clove – me dice Cato mientras me da un beso en la comisura de mi labio.
Me levanto sin saber muy bien qué es lo que ha pasado. Me dirijo a la entrada para realizar mi prueba, y sin saber aún que hacer.
¿Por qué? Porque en mi cabeza aún está en otra parte.
¿En dónde? Pensando en qué hacer con mi vida.
¿Cato o Marvel? Esa es mi cuestión ahora.
Narra Cato:
No soporto verla con Marvel pero ahora mismo no puedo hacer nada, no puedo reprocharla nada, porque en realidad nosotros no somos nada.
Y verla de esa manera con él ha hecho que me invada una furia… Cato piensa, tienes que controlarte y no hacer ninguna estupidez, tienes que seguir con el plan establecido.
Sé que corría el riesgo, pero no pensé que fuera a ocurrir tan pronto.

Que tan pronto fuera a perderla… Y por culpa de Marvel.




Hola amores!!!

Ya estoy aquí de vuelta!! Siento la tardanza, pero van a tener que ser pacientes y esperar para que suba, pero yo os prometo que seguiré subiendo.
Espero que os haya gustado el capítulo y que comentéis.
Gracias por leer.

Besos, María.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La verdadera historia de Cato y Clove - Personajes

La verdadera historia de Cato y Clove - Capítulo 28

La verdadera historia de Cato y Clove - Capítulo 24